
Difícil hablar hoy día de otra cosa que no sea el "temita". Tengo básicamente dos opciones:
1) Hago un ácido e irreverente análisis de los últimos acontecimientos, desde una nueva perspectiva nunca antes vista por ciudadano común, ni analista político (nacional o internacional) alguno.
2) Me abstraigo completamente de la actualidad y en una acción antisistémica sin precedentes, opino acerca de algo distinto y supérfluo como la nueva línea de ropa de la chicas superpoderosas (La has visto??? Pero que cool!!!) o la talla de sostén de Shakira (Lástima que lo que tiene en caderas el Señor no se lo dio en tetas..)
Pero la verdad no me siento con ganas de optar por ninguna de las anteriores.
En cambio, voy a a hablar sobre la única cosa sobre la que tengo conocimiento a cabalidad:
Sobre mí misma. El problema es que es difícil hablar sobre uno mismo sin hablar de Pinochet, si naciste en los 70´s.
Cómo olvidarlo. Cómo borrarlo de mi memoria. Si soy quién soy, para bien o para mal, gracias a él. Y cómo no agradecerselo! Si él me enseño las lecciones más importantes de la vida, las que mi padre no me enseñó (quizás porque el pobre weón estaba exiliado en un país extraño, cagándose de hambre y preguntándose que mierda es lo que había hecho para recibir un castigo como ese). Mi General, en cambio, me enseño el verdadero significado de la palabra injusticia. De la palabra ambición. De la palabra soberbia. Y qué niño, qué adolescente no necesita que le enseñen eso para forjar carácter! Mi vida sin duda no sería la misma de no haber desarrollado tal tolerancia a la frustración. Será educacón de la vieja escuela, pero vaya que da resultados! Cada insulto, cada rechazo, cada abuso de poder está grabado en mi memoria, como manchas indelebles que Don Augusto dejó para mí, su hija bastarda. La pistola en la sien... el viejo cinturón de cuero... distintas armas para combatir un mismo flagelo: El pensamiento libre. Y le agradezco al dictador su magnánimo regalo. Lo hizo por mi bien, por el bien de todos. Le dolió mas a él que a mi. Total, que importa si no tuve padre, si finalmente tuve algo mucho mejor: Un perro.
"Ayer estábamos al borde del abismo, hoy hemos dado un paso hacia adelante........."
(Augusto Pinochet, 1973)





