
Estoy luchando contra la carne. No, no hablo de pasiones desatadas ni amores lujoriosos. Hablo de animales muertos. Animales muertos dentro de tu boca en forma de anticuchos y empanadas. Aquella sí que es una lucha moral. Sólo a la iglesia podía ocurrirsele que el sexo era malo, pero que matar animales y consumirlos no era kármico en absoluto.
Hace mucho que vengo tratando de convertirme al vegetarianismo con resultados más bien pobres. No logro dejar el pescado. Me autoconvencí en alguna momento de insanidad mental que los peces no eran animales, o algo por el estilo, en la búsqueda de una alternativa a la hora de comer. Tan ridículo como el leit motiv de un nazi-chileno. Tan falso como un discurso de Herbalife. A aquello se suman estas fiestas patrias chorreantes de sangre descendiendo por las comisuras de los comensales. Si bien para mí nunca fue un gran sacrificio dejar las carnes rojas, se me hace pesado en estas fechas. Y no es el tonto asado en sí... es la weaita social la que comienza a debilitar tu corrupta voluntad. La fuerza no está conmigo, maestro. Ayúdeme, que lo débil no es la carne, soy yo.
Este disco alguna vez lo tuve y lo desprecié bastante, por hardcoriento. Ahora quiero que hagamos las paces:
Some old bullshit - Beastie Boys


No hay comentarios.:
Publicar un comentario